ARQUITECTOS:
Ningún técnico responsable en la redacción de proyectos, puede obviar la indeterminación de los puntos de luz. Por lo general, en la parte correspondiente a mediciones y presupuesto sólo se define el interruptor en los circuitos de alumbrado para estos puntos, dejando a la libre elección de los instaladores la forma de acabado del punto de luz propiamente dicho, que en la mayoría de los casos, se dejan sueltos sin más. Es una práctica contraria al Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, que en la ITC-BT-19, artículo 2.8 establece que las instalaciones deberán proyectarse y ejecutarse aplicando las medidas de protección necesarias contra contactos directos o indirectos, y en el artículo 2.11 establece que toda conexión debe realizarse en el interior de cajas de empalme y/o derivación.
Van a poder definir el diseño de acabado (geometría, material, color,…), que puede pasar por la exclusividad del cliente. (Podrán diseñar techos con logotipos de empresas, gustos de los usuarios, a juego con solería y paredes,…) Se abre un nuevo campo en el diseño y la decoración de los techos.
PROMOTORES:
Sin duda lo que se busca de una buena promotora es la calidad de sus obras, que no sólo debe centrarse en la calidad de sus materiales, sino también en la calidad de los acabados de todas las partidas de obra.
A mayor cuidado en todos estos aspectos, mayor es el grado de satisfacción del cliente.
Es una mejora que no debía presentarse como tal, sino simplemente como partida inseparable del conjunto de la obra. Es una medida muy económica, y las ventajas que tiene son muy notables.
CONSTRUCTORES:
A veces tienen las mismas funciones que los promotores y son quienes deben responder a la calidad de la construcción.
En una licitación oficial o simplemente en una presentación de presupuesto para una obra, una mejora de este tipo, que no supone gran carga económica, puede hacer que la adjudicación recaiga en quien lo oferta, ya que a día de hoy es una novedad no conocida por todos y mucho menos, considerada para licitaciones.
Un caso real como el de la fotografía, nos permite entender, que un remate mal cuidado puede cuestionar el resto de la calidad de la obra.
INSTALADORES:
Son quienes firman el boletín de enganche dando el visto a una instalación lista para la puesta en servicio. Conscientes de la peligrosidad que supone el cableado suelto para una mano inexperta y no competente, dejan el punto de luz pendiente de ejecución, y en muchas ocasiones son reclamados, después de verificar las condiciones de uso de la instalación para la colocación de luminarias.
No debería estar en la conducta de un buen instalador, dejar inacabada una instalación para “obligar” al mismo tiempo a volver a contratar para “volver a terminar”.
Una instalación no puede decirse que está terminada si para colocar una luminaria tengo que llamar a un electricista.
Deben empezar a concienciarse, que algo que ellos ven tan normal y nada peligroso, como son los cables sueltos, es algo muy incómodo para el 90% de la gente, que le tiene verdadero pánico a la electricidad.
PARTICULARES:
Sin duda los grandes beneficiarios del nuevo producto. Desde los mas “torpes” hasta los más “manitas”, van a disfrutar de un producto como este, que podrá venderse igualmente para viviendas existentes, dado el alto número de personas amantes del bricolaje.
Para colocar una lámpara de pié nadie tiene que llamar a un instalador. Con el Ganchufo, para colocar las de cuelgue, tampoco.
Las tareas de mantenimiento, limpieza, reposición,…., podrán hacerse con la luminaria en el suelo (descolgada), sin necesidad de cortar la luz cada vez que se manipule.